jueves, 15 de agosto de 2013

Carta a mi Amado ausente




Amado mío,

Hoy me encuentro de nuevo sentada frente al teclado, 
y mis manos, en danza misteriosa cual mariposas, 
corren de letra en letra para que prontamente éstas lleguen a tu presencia. 
Para que recorran, silenciosas, cada fibra de su ser. 

Deseo que estas letras te hagan estremecer,
pues en ellas va mi esperanza de alguna vez poder velar tu descanso,
de interpretar tus sueños... de ser la guía de tus pasos.
Has de saber que en estos momentos estoy escuchando la dulce melodía que, 
alguna vez, tarareamos juntos. 
Y es esta canción un susurro al viento 
que lleva con armonía mis sinceros sentimientos...
Me regocijo pensando en el brillo de tu cabello, 
tus labios, tu sonrisa... y en la tierna mirada con la que recorrías mi figura. 
Aún escucho en mi mente tu voz tan melodiosa y galante, 
cuando al cerrar los ojos la traigo a mi presente.
Siento nostalgia al recordar el momento de la partida, 
la humedad de mis ojos a punto de llorar por el dolor. 
Recuerdo cómo en ese instante embriagaste mis sentidos 
con aquel beso en mis labios...
Te escucho llamarme en sueños y contesto bajito, 
por temor a despertarme y volver a llorar nuevamente.
Aún en lo efímero del tiempo envío estas líneas, 
con la secreta esperanza de que apresuren tu regreso y 
de que pueda al fin mirarme en tus ojos... 
para decírtelo mucho que te quiero.
Tu siempre enamorada, yo.



Ramita.

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